Hoy quiero decirte que, te lo debo todo. Me das a diario un motivo para no renunciar, por más cansado que este vos me das una razón por la cual seguir. Y no importa que tan difícil se ponga la vida, vos siempre estas para recordarme lo que nunca tengo que olvidar.
Y hoy quiero decirte que, a pesar de tu distancia, de mi incapacidad y de todos los factores que se nos interponen, cada día te quiero más. Y es que aprendí a amar, ante el dolor la única salida posible es entregarse al amor, y en vos aprendí a confiar en que todo puede cambiar.
Me enseñaste que los sueños se hacen realidad. A veces no como imaginamos, pero se hacen realidad. Y eso no desmerece absolutamente nada, porque me enseñaste por sobre todas las cosas a luchar por el cambio, a darlo todo aún no teniendo nada, a ir mucho más allá de lo posible y si las cosas acaso no salen según lo pensado, al caer, levantarme pensando en tu mirada.
Ya no dejo pasar la vida esperándote, ahora voy tras mis pasos sabiendo que algún día te encontraré. Y cuando ese día llegue, prometo abrazarte como nunca te abrazaron, decirte todo esto que escribo hoy. Si hay algo que te debo es transmitirte toda la seguridad que vos me transmitiste a mí, y devolverte aunque sea algo de lo que me hiciste sentir con el resplandor de tus ojos, la calidez de tus abrazos y la dulzura de tus palabras.
Hoy tan sólo quiero decirte, gracias por tus sonrisas, por tu alegría, por tus sueños, por tus ganas de vivir. Por tu inocencia, por ser la personita que me hace feliz, por absolutamente todo lo bueno que hay en mí vos tenes algo que ver.
Hoy quiero decirte, que pronto nos volveremos a ver.
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