1 mar 2011

Cuando El Silencio Deja De Ser Silencio


Tanto caminar para llegar a un lugar en el que nunca pense estar. Y no es para nada bueno, me arrepiento, no quiero estar acá. Después de tanto autoconvencerme de que todo el sufrimiento que uno vive a la larga nos potencia, es sinceramente una miérda.
Ya no me importa si se me juzga por el hecho de empezar a considerar las cosas como un error, ahora me doy cuenta que así son las cosas. Y no me queda otra que arrepentirme, de todo eso que siempre defendí contra viento y marea.
¿Y si en verdad el fin justifica a los medios? Yo fui un simple medio, cuando alguna vez me creí un fin.
El mayor de los dilemas, es que ya no sé si luchar o no ¿Luchar por qué? ¿Luchar para qué? Si en está historia soy sólo un extra, los protagonistas están lejos de mí, no tengo más participación.
Son momentos en los cuales abris los ojos, y la cruda realidad cae encima de tí como un montón de gotas de lluvia al empezar una gran tormenta. Y te quedas estupefacto, esperando que una solución caiga del cielo de la misma manera en la que cayo el problema, pero no, no es así. Y más aún, si hay solución ¿Qué más da?
Es como cuando el silencio deja de ser silencio, y se transforma en una voz para gritarte una verdad a la que ya no puedes ignorar. Y te das cuenta que tu boca está sellada, pero lo peor de todo, es que sabes muy bien, que si la pudieras abrir no sabrías que decir.
Estoy en ese momento de la vida en la que deseamos con todo el corazón estar en un sueño, en un mal sueño, pero que falta cada vez menos para despertar, y al abrir los ojos, nos vamos a encontrar con una realidad distinta, con una realidad mejor, y que esa angustia que teniamos dentro va a ser sólo producto de nuestra gran imaginación después de una mala noche.
Pero, ¿A quién quiero engañar? Sé perfectamente que eso no va a pasar, aunque sea quisiera poder enterrarlo todo, sepultarlo como quien no quiere la cosa, y olvidar, si, olvidar. Pero la mente y los recuerdos pueden ser muy bravos cuando quieren, y podes correr, si, podes enconderte, también, pero te aseguro que te persiguen, y no paran hasta encontrate y aniquilarte, y vuelvas a sumerguirte en un mar de confusión, en un laberinto de incertidumbre.
Estar en la cuerda floja entre lo correcto y la supervivencia. Entre la moral y la esperanza. Entre el corazón y la razón.
La soledad ya no es algo que me asuste, sin embargo, lo que me asusta ahora es el hecho de no saber si algún día volveré a sonreír puramente, sin enmascarar ninguna tristeza, sin aguantarme ninguna lágrima, sin reprimir ningún sentimiento más.

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