Cuantas veces he soñado despertar y creer que todo ha sido sólo un mal sueño. Pasando los días, teniendo la fe, de que la realidad no es tal, que es fruto de mi amplia imaginación y que la verdad es mucho más agradable.
Cuando la realidad nos supera y se nos avalancha encima de nosotros como una gran ola del mar con fuerza, quedamos entonces, a merced de la vida como un barrilete se deja llevar por el viento.
Aprender a resistir, lo que venga, como sea, parece por momentos la única alternativa, creyendo que luego van a reconocer nuestro esfuerzo y la vida nos premiera como quien participa en un torneo. Pero no siempre es así, quizás sólo logramos resistir, para luego seguir resistiendo.
Pero lo importante es que haya un motivo que nos impulse a seguir, que nos de una razón para resistir y que luego de todo, decir que valió la pena sacrificarse así y si fuera necesario, lo volverías a hacer.
Mientras tengas una meta, no tengas miedo de caer, siempre y cuando tengas un destino al que quieras llegar es motivo suficiente para salir a andar.
