14 mar 2013

Orgulloso de Vos



Pasaron 5 meses desde aquel primero de Noviembre del 2012, donde atine a darle un cierre simbolico al blog. Y digo simbolico, porque sabia que nunca iba a poder desligarme completamente. Algo tan mío, tan propio; en los momentos más difíciles entendí que esta era la manera de convertir el dolor, de transformarlo en algo mejor. Después de un tiempo, después de dos años relatando emociones, explorando nuevos mundos desde la imaginación, evadiendo de alguna manera lo crudo de la realidad para luego elevarlo sosteniendo de alguna manera la esperanza en un mundo mejor; creí que era tiempo de empezar a vivir, de dejar de contar sobre cosas que no podía controlar, para así empezar a escribir mi camino. Y sabia que esa aventura, me iba a llevar el día de mañana, en volver a relatar emociones, pero distinto, ya desde otra perspectiva. Hoy, empiezo a sentir esa necesidad.

Por primera vez en mi vida me encuentro en un gran paradigma, un hermoso paradigma. La incertidumbre que implica dedicar tu vida entera por amor. Responsabilidad, dedicación, esfuerzo son palabras que empiezan a tomar fuerza, para convertirse en valores imprescindibles. Es lo que empiezo a entender, recién lo empiezo a sentir. Recién ahora me llega el momento de emprender esta ruta, que cronológicamente debía empezar antes. Pero no fue así, y se da ahora, hoy. Me encuentra en un buen momento, lo sé. Lo que me da tranquilidad para lo que se viene, ya que esto es recién el comienzo, y si bien la tormenta se alejo, el cielo se abrió y la luz del Sol brillo más que nunca, esto recién empieza.

Veo reflejado en vos una sonrisa, distintivo de tu inocencia y pureza, donde sos capaz de ser feliz sin más, que disfrutar el momento preciso como ningún otro. Estoy orgulloso de vos. Supiste salir, casi sin saberlo, aguantaste los momentos difíciles más allá de todo. Más allá de que el mundo estuvo de cabeza, vos supiste aguantar. Y me doy cuenta de ello, ya que hoy en día veo esa defensa que armaste para no sufrir. Hoy veo bajar tu guardia, y eso me pone feliz. Significa que ya no hay necesidad de refugiarse del dolor.

Quedan cosas por venir, todo un mundo que podemos explorar, y con una gran sonrisa en mi rostro puedo decirte que no te falle, que la promesa de irte a buscar hasta el fin del mundo, la pude cumplir a pesar de todo. Ahora, es otro el desafío que me espera, que nos espera. Y con el viento a favor, ¿Cómo no festejar? Si la vida es eso, momentos. Y este es uno de felicidad. Juntos de la mano, vamos a  caminar.

Y cuando las emociones vuelvan a desbordar, será el momento indicado para volver a escribir una vez más.

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