Mi camino, mi manera de hacer las cosas. Una vida de aventuras, riesgos y peligros. Mil maneras de caer y otras tantas para ganar. Vivir la vida a mi manera, asumiendome a mi mismo, haciéndome cargo de mis actos. Dándole valor he importancia a lo que considere necesario, ignorando lo que no valga la pena. Sin reproches de si hice bien o hice mal, simplemente hice.
La autonomía te da libertad pero esa libertad pesa, cuesta. No basta tan sólo con obtenerla, hay que ejercerla. Siendo fiel a tu estilo, a tu perspectiva de la vida. No dejándote arrastrar por quienes te quieren utilizar como una marioneta. Aprender a decir no a los demás, pero sobre todo a decirte sí a vos.
No dejes que otros tomen las decisiones importantes de tu historia, no pases a un segundo plano en tu propia vida. Hacete valer frente a los demás y frente a vos mismo. Tener convicciones y defenderlas, creer en algo porque nosotros realmente confiamos en eso y no porque otros nos enseñaron a creer. Pasar de sólo obedecer ordenes a tomarlas como consejos.
Crear tu mundo, tu lugar, tus cosas. Estar rodeado de vos, de lo que sos, lo que te define. Elegir, escoger, dejar cosas atrás para darle la bienvenida a las cosas que llegan. Abrirle la puerta a las personas que queres dejar entrar sin críticas ni objeciones porque vos lo consideras así.
De eso se trata mi camino, mi vida.
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