Es natural, como la mayoría de las cosas en la vida, que ciertas cosas al transcurso del tiempo se compliquen. ¿De qué manera? Y, básicamente hay millones de maneras de que las cosas se compliquen, pero por lo menos desde mi óptica, creo que lo que más cuesta es decidir.
Decidir, desde cosas simples como "Qué nos vamos a poner hoy", o también "Qué elejimos para comer" o cosas un poco más fundamentales como "Qué carrera seguimos", "Me aventuro en cambiar de trabajo para buscar algo mejor".
Elejir, entre una cosa u la otra, no es para nada sencillo, y eso nos lleva a mantenernos quietos, casi petrificados diria yo, y nos complica mucho nuestra decisión.
Pero como si esto fuera poco, mientras tanto en la realidad, la vida y el tiempo,siguen su curso. Por lo cual, mientras nosotros nos tomamos el tiempo para decidir, el tren de la vida pasa con prisa y sin pausa.
Gastamos practicamente toda nuestra vida pensando, elijiendo y sobre todo, decidiendo.
Siempre que elejimos, tenemos que ser concientes que dejamos algo atrás, y que no se puede tener absolutamente todo. Hay que vivir con lo que elejimos, y no con lo que decidimos dejar. Nunca es demasiado tarde para elejir, y mucho menos para decidir.
El rumbo de nuestra vida va a ser determinado no por quienes seamos, sino por las decisiones que vayamos a tomar.
El futuro está en tus manos, siempre y cuando puedas decidir por vos mismo.
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